Thursday, January 19, 2012

Capítulo V -Mi Ángel Guardián en Galería


La vida de un artista en este mundo, es una de las vocaciones más difíciles. El arte es una necesidad del espíritu humano que es guiada por él para su realización. En la mitología griega las musas eran las encargadas de recordar a los hombres, a través de los artistas, las maravillas que Zeus había hecho con el universo, después de haber restablecido el caos hecho por Urano su padre y haberlo sometido bajo su dominio. En la actualidad, el artista continúa desempeñado esta labor, como parte de la mente colectiva de los hombres, recordándoles a estos, las maravillas de la creación de Dios, mediante la exaltación de las mismas por medio de sus obras de arte. Desagraciadamente, la sociedad en que vivimos, deidificando valores materiales y dándole a la razón la supremacía sobre el espíritu, está creando una sociedad ateo-materialista donde una nueva generación de artistas, exaltan sus errores, haciendo del arte moderno, una actividad desespiritualizada, donde un chimpancé, un elefante o una computadora, son capaces de hacer una obra de arte. Yo en lo personal, me siento como una especie en extinción, almacenando mis pinturas en cajones, sin ninguna idea de promoción y pasando horas inmensas de trabajo, creando páginas en el  Internet que nadie visita o se interesa en ellas. No sé si en este día me levante pesimista o simplemente molesto conmigo mismo, por lo que deseoso de alejar de mí todos estos pensamientos, decidí dar un giro a mi rutina y tomando un libro que estoy leyendo, mi cuaderno y un lápiz, cerré mi caluroso taller y tome el autobús que me deja en el centro, para de allí transferir a otro que me lleva a uno de los centros comerciales más bellos de la ciudad y que en el pasado, utilicé para "iniciar" mi carrera de artista en Houston.
"Houston Galería" con sus modernos y elegantes edificios y tiendas, ha logrado su fama en el mundo entero. El nivel subterráneo, cuenta con una pista de patinaje en el hielo y está rodeada de restaurantes y bares donde la clientela se divierte del espectáculo de patinadores mientras disfruta de su comida o de su bebida, todo esto en un ambiente de relajación lleno de cosas agradables para la vista y el paladar que te hacen olvidar un poco de lo desagradable de tus problemas. En los 80's, la economía de los EU, especialmente la de Houston, se vio afectada por la crisis del petróleo, quizás por eso, uno de los restaurantes de este lugar, nos permitió a mí y a otros artistas, a ofrecer nuestros servicios de retratistas en las mesas de su negocio, buscando una forma más de promoción en esta época de crisis. El gerente me dio una tarjeta, con la cual los empleados me regalaban el café, y las meseras y empleados con los que compartíamos, nos regalaban sándwiches o pan, al ver como pasábamos algunas veces los días, sin obtener clientes para nuestro trabajo. Mi espíritu se había sensibilizado al arriesgar mi situación económica por un empleo cuya remuneración era incierta pero que estaba llena de satisfacciones y me hacía abandonar otra ocupación que me daba para satisfacer mis gastos y necesidades. Por fin llegué a Galería y me dirigí de inmediato al área de restaurantes que rodea la pista de patinaje. Nuevos nombres de restaurantes y bares de los que yo había conocido, ocupaban el lugar. Me metí en uno de los más populares y ocupando una mesa de las que dan al frente mirando hacia la pista de patinaje, ordene un café. Verme rodeado de gente que parecía feliz y satisfecha de la vida, hizo cambiar mi estado de ánimo. La visión de bellas patinadoras y la de los niños que hacían esfuerzos por no caer, ayudaron a realizar este cambio. Abrí mi libro dispuesto a disfrutar de este momento cuando sentí la presencia de un joven que no tenía la apariencia de mesero. Su pelo era de un castaño claro, modernamente cortado, sus ojos eran brillantes del color de la miel y su boca, mostraba unos dientes blancos y perfectos que al sonreír, obligaban a responder de la misma manera. Sin presentarse, se sentó en mi mesa, divirtiéndose con la mirada llena de preguntas que mostraba en mi cara y a pesar de no conocerle, sentí una presencia familiar que me inspiraba gran confianza. “¡Hola!” le salude, “¿tienes algún problema en el que pueda ayudarte?”, Él se sonrío, y me contesto: “Me haces sentir bien, al ofrecerme tu ayuda, pero soy yo en realidad, el que siempre te ha ayudado” Me sorprendí, queriendo entender a qué se refería. “Soy tu Ángel Guardián” me dijo sin preámbulos, y al decir esto, sentí como si mi mesa se hubiera salido de este lugar y colocado en otro, donde no pude percibir la sensación del tiempo y solo él y yo estuviéramos presentes. Después de algunos segundos que pudieron haber sido horas, volví a sentir que mi mesa regresaba a su sitio, allí estaba él, todavía presente, sentado enfrente de mí, con su aspecto jovial de no más de 20 años, vestido como cualesquier joven de esta época, orgulloso de su corte de pelo y de sus tenis. Cuando llegó la mesera con mi café, mi corazón volvió a turbarse, al notar que lo miraba y le preguntaba por su orden. Con su sonrisa contagiosa, le respondió: “Tráigame una malteada de fresa, una hamburguesa con queso y papas fritas, por favor”. Ella anotó su orden y dirigiéndose a mí me pregunto si deseaba algo más, ordene un platillo de la carta y anotándolo también en su libreta, se alejó de la mesa. Tratando de explicar mis dudas, me dijo: “En tu barrio, el café donde viste a Miguel, es un lugar pequeño y la gente que va a él, es casi siempre la misma, por eso no vio conveniente que le vieran contigo, pero aquí, es diferente, es un lugar grande y nadie notara si mañana regresas y no te ven conmigo”.
“¿Dónde te he visto antes?” Le pregunte. “Siempre he estado a tu lado, desde tu nacimiento y lo estaré hasta tu muerte, donde te mostraré el camino que hayas elegido”. “Cuando eras pequeño, no me molestaba en ocultarme, aparecía ante ti coma un niño más grande y te consolaba cuando llorabas o te arrullaba cuando dormías y tu mamá no estaba a tu lado”. “Siempre te he protegido del peligro y solo he dejado de hacerlo, cuando la voluntad de Dios me lo ordenaba”. “Cuando creciste y tu mente empezó a iluminarse con la razón, me hice presente en forma invisible, ayudándote a encontrar lo que perdías o buscabas, inspirándote pensamientos de amor o alejándote de tentaciones y peligros”. “Poco a poco, tu voluntad fue tomando acciones consientes de ti, fue entonces que empecé a respetar tu voluntad, alegrándome cuando me invocabas en tus oraciones”. “Algunas veces te perdiste en las tinieblas, pero permanecí cercas de ti, a pesar de no poder ayudarte, siempre anhelante de que tu corazón pidiera auxilio para saltar a tu lado a socorrerte”. “Recuerdas la vez que regresabas hambriento de aquella iglesia, después de haber escogido entre ir a misa y comulgar o quedarte en tu trabajo y comer, yo fui quien en forma de niñita, bajo de aquel auto en que otros ángeles hacían el papel de mi familia, y te extendí una bolsa con una hamburguesa, soda y papas fritas”. “También fui yo quien pisó los frenos del camión de 18 ruedas, ante la sorprendida mirada del chofer que no te había visto, al cual te atravesaste buscando un hueco para que el padre Juan Manuel pudiera meterse de reversa tratando de salir de una ruta equivocada al cruzar la frontera por un puente de carga pesada”. “Recuerdas que te dijo todo asustado ¿Acaso pensabas detener ese camionzote con solo extender tu mano? Y tú le contestaste Si, Sin saber porque lo hiciste”. “Yo fui también quien en forma de viejo, te mostró el camino de la escalera cuando de noche, en Atlanta, pensabas tomar un elevador abierto a la calle para tomar el metro y donde 2 malhechores estaban esperando a que entraras”. “Y cuando te perdiste en Washington, una mañana en la niebla, en que en vez de caminar a la parada de autobús, te adentraste en un barrio peligroso donde dos sujetos te seguían y de repente aparecí yo entre la niebla, como un atleta musculoso, acompañado de su novia y tú, dando media vuelta, me seguiste a la parada correcta del autobús, ante la mirada llena de terror que inspiré a los que te seguían”.
“Si lo recuerdo y ahora lo entiendo” le dije, “también eras tú, cuando en el camino a  la Ciudad de México, de repente la niebla en la madrugada cubrió mi parabrisas y no pude ver el camino y todo asustado baje los vidrios para que entrara aire y en eso apareciste tú, como un trabajador de construcción, con una bandera roja, alertándome del peligro de que el camino empezaba a declinar, ¿no es verdad? Platícame, quiero saber de ti, ¿Cuántas veces más has estado visible a mi lado?” Con la agradable sonrisa de sus labios, se reacomodo en su asiento y envolviéndome en su mirada, comenzó con su relato: “Te podría seguir contando de innumerable veces en que me he hecho presente en tu vida, guiándote, auxiliándote, confortándote, pero no es por eso que estoy hoy visible a ti, sino para contestar algunas de tus muchas preguntas que vienen a tu mente”. “Tienes razón” Le respondí “Quisiera conocer más de ustedes, pero también más de su misión. ¿Por qué Dios los asigna a cuidar de cada uno de nosotros a pesar de conocer quiénes serán condenados?”
“Te diré; Dios en su gran amor e infinito poder, no quiere que nadie muera "eternamente" te lo pongo entre comillas porque este concepto no lo entenderías aunque te lo explicara”. “Él ha dejado el Libro de la Vida en blanco, para que ustedes con su voluntad, escojan su destino”.
Nadie está predestinado a la salvación o a la perdición, pero es la gracia de Dios la que más se necesita para lograr el triunfo, por eso la importancia de los sacramentos. Profetas, predicadores, maestros de la Ley y por supuesto sus Ángeles, han sido enviados para prevenir, auxiliar y reprimir al hombre en sus acciones, incluso, les dió a María, como su madre, para que con su maternal figura los guiara hacia su hijo que es el camino al Padre. La palabra en la Biblia, es como el agua que da vida a tu espíritu, como la semilla que se planta en tu corazón, pero la gracia de Dios, es la única que abre la mente de los hombres y les da a conocer verdades del Reino que a otros les niega. El Espíritu de Dios está siempre en todos nosotros y es el que nos da la vida. Pero ¿Que han hecho ustedes con todo esto? Mataron a sus Profetas o se burlaron de ellos; Hicieron infecundo su corazón para la semilla que quiso ser plantada; Dudan de la existencia de sus Ángeles porque sus sentidos no los perciben; Crearon una Magdalena casada con Jesús, que lo llenó de hijos que andan huyendo del terror de ser eliminados por la Iglesia, negando de esta manera la Divinidad de Jesús, aunque Dios no necesita de este tipo de familia para realizar sus planes; Dicen que el hombre en su triunfo de la razón sobre el espíritu, es el que ha creado a Dios y no Dios al hombre; Rechazan a María su madre como instrumento inmaculado de Dios para engendrar a su hijo y la llenan de más hijos, hermanos de Jesús, tratando de minimizar su figura, sin entender que esa fue su misión de ser creada, para compartir con Dios el misterio de la encarnación y es ella misma quien se reduce al ofrecerse como su humilde esclava y es esta humildad la que la engrandece ante los ojos de Dios.
“¿Qué pasa con los Ángeles que han perdido el alma que le fue conferida para cuidarla?”
“Veras, nada hay más absurdo que pensar que "les van a cortar la alas" a los que hayan perdido el alma que les fue asignada para su cuidado”. “En verdad, ni nosotros sabemos las razones de Dios para escoger sus ángeles adecuados para cuidar de cada persona, pero conociendo de su inmensa sabiduría, no dudarnos de su decisión”. “Los Ángeles siempre estamos con ustedes mientras haya luz en su vida, pero al morir, aquellos que hayan elegido el camino de las tinieblas, renunciando a Dios, serán como sombras incompatibles con la luz, por lo tanto, también lo serán para con nosotros, pero seremos nosotros quienes los llevarán al punto del camino que ustedes hayan elegido para recorrer”. “Si es el de la luz, sus mismos ángeles los guiaran, si es el de las sombras, serán los demonios quienes se encargaran de conducirlos”.
¿Cuál es el plan de Dios, después de la muerte? Le pregunté.
“Quiero responderte, aplicando una mentalidad humana a mis palabras. Dios crea un universo espiritual donde el tiempo y la materia no existen, lo puebla de Ángeles y de maravillas en un paraíso en el cielo (Otra dimensión), después crea un universo material y separando la luz y las tinieblas, crea un paraíso en la tierra lleno de colores. 7 colores que es el número de la perfección de acuerdo al lenguaje numérico que los hombres utilizan. Pone entonces, Dios al hombre, en ese mundo de perfección, conocido como paraíso celestial, donde no se conoce la enfermedad, la vejez ni la muerte. Mucho antes, en su soberbia, los ángeles rebeldes habían manchado la inmaculada brillantes del paraíso en el cielo y Dios creó las tinieblas de la cual surge la materia en las  cuales fueron arrojados. Los ángeles rebeldes conocen que están destinados a descender al fondo de las tinieblas donde habrán de desaparecer de su existencia espiritual, pero en el ínterin, Satanás, entrando en el cuerpo de una serpiente, se hace presente en el paraíso terrenal y tentando a la mujer, hace que esta haga participar a su compañero del pecado de desobediencia en la prueba que Dios les había puesto para comprobar su amor y lealtad hacia él. Desgraciadamente no fue la desobediencia lo que irrito a Dios, sino el pecado de soberbia de querer ser igual que Él, lo que hizo que los condenara a la muerte física y por supuesto Satanás reclamaría la muerte espiritual a la que los demonios fueron sentenciados. Dios desterró al hombre y a la mujer del paraíso, al que ahora llamaremos “Perdido” y creo la muerte para la materia con que fue hecho el cuerpo humano, que aun que se transforma y  renueva, sin el espíritu de Dios está condenada a extinguirse en las tinieblas. Sin embargo el hombre sigue siendo cúspide de esta creación, convirtiéndose en eslabón de dos universos o dimensiones distintos, aunque paralelos. Como queriendo borrar todo lo anterior que me dijo, agrego: Por supuesto, todo esto que te explique, es solamente especulación angelina, ya que solo Dios conoce  esta respuesta. A propósito, me dijo Miguel, que Rafael te visitará y acompañará en un viaje a la historia del hombre. Siempre ha sido el favorito de Dios para acompañar a los viajeros. Él te explicará muchas preguntas que han quedado en tu mente, pues además de ser un experto viajero, es un gran narrador”.
Una hermosa jovencita se acercó en ese momento, su rostro estaba triste. Mí Ángel presuroso se puso a conversar con ella, después me explico que la joven era el ángel de la mesera y estaba preocupada de un problema en el que ella se estaba metiendo, después, moviendo su mano en el aire, sin los exagerados movimientos de magos de películas de Holywood como Harry Potter, pude ver un universo que se abría y pude contemplar a los ángeles que acompañaban a todas las personas que caminaban en tiendas y pasillos. Todos eras bellísimos, pero también pude ver una muchedumbre de seres obscuros rodeándolos como sombras. Cuando se dieron cuenta algunos de ellos, de que yo los miraba sorprendido, ellos también se sorprendían, mi Ángel me explico que aún para ángeles y demonios, la voluntad de Dios era un secreto, como este de permitirme verlos. Antes de desaparecer me dijo: “Mientras vivas, siempre estaré a tu lado, y para finalizar, contestaré a una pregunta que te has estado haciendo desde el principio. ¿Por qué siendo espíritu, pude disfrutar de esta hamburguesa con su malteada y papas fritas? Muy sencillo, convertí el alimento en energía que no es la misma a la que me da la vida. Ustedes hacen lo mismo, solo que en ustedes, es transformada, no rechazada, en mí solo produjo chispitas agradables que regresé al universo al cual pertenecen”.
Y dicho esto, desapareció junto con la visión del mundo espiritual que se movía alrededor mío. Sin embargo me propuso, antes de partir, otras entrevistas en lugares diferentes, para que me trajeran recuerdos, como ese de Galería. Voy a tener que hablar de ellas, en capítulos siguientes de los "Ángeles Fieles" porque están ligados a otras experiencias en esta historia. Fui a pagar mi cuenta a la caja y al salir del lugar, vi a la jovencita que me había servido en mi mesa, discutiendo con ojos llorosos, con un jovencito poco mayor que ella. Alcance a oír del pequeño que cargaba en sus entrañas y del deseo de su compañero de producirle un aborto. A pesar de que ya no podía ver a mi ángel, ni al resto de seres espirituales que nos rodeaban, si pude seguir contemplando al ángel de aquella joven, que en un rincón, con ojos tristes, oraba en silencio por ella.

No comments:

Post a Comment